La estrategia millonaria de Dominos Pizza
Imagina emprender un negocio que representa un mar rojo lleno de competidores, cuyo éxito depende directamente de tu habilidad para diversificar y perfeccionar tu producto además de encontrar un valor agregado que te diferencie de todos los demás peces en el mar.
Este era el escenario para Tom Monhagam y su hermano James, quienes en 1960 habían adquirido por 900 dólares una pequeña pizzería llamada “dominicks”, la cual con el paso del tiempo se convertiría en lo que hoy es conocido mundialmente como “Dominos Pizza”.
A pesar de que pudieran existir cientos de competidores en la época, Tom tenía una idea que haría toda la diferencia en su negocio: envíos a domicilio para estudiantes.
Con una idea bien ejecutada y un Wolkswagen Sedán de 450 dólares para hacer las entregas, en sólo cinco años “Dominicks” pasó a tener 3 sucursales y a ser bautizado con el nombre que le traería la gloria: “Dominos Pizza”.
Desde el inicio, Tom sabía que si su idea iba a funcionar debería centrarse en dos ejes fundamentales:
Encontrar la manera de llevar su producto al cliente lo más rápido posible mejorando así su nivel de servicio.
Con estos dos retos a cuestas, en 1973 la empresa implementaría una nueva política de envíos que la llevaría al siguiente nivel y revolucionaria la manera en que las personas pedían y consumían sus alimentos y que sigue vigente hasta la fecha...
La política era muy simple, la empresa prometía una pizza gratis si su pedido no llegaba en 30 minutos o menos y recién salida del horno.
Fue así que, mediante la creación de una pizza única, un modelo de satisfacción orientado al cliente 100% y una estrategia de crecimiento basada en franquicias bien ejecutada, el restaurante alcanzaría escalas globales.
Hoy Dominos Pizza es el restaurante de pizzas mejor posicionado en el mercado, con más de 8,000 sucursales alrededor del mundo y cuyos pilares siguen siendo los que Tom Mongham había definido 40 años atrás.
En 2009, Dominos Pizza enfrentó una de sus más grandes crisis, la perspectiva de sus clientes en cuanto al sabor y la calidad del producto iban en picada y además se encontraban rodeados de competidores cómo Pizza Hut y Papa Johns, quienes entregaban sus pizzas con la misma eficacia que Dominos, restándole valor a la compañía.
A pesar de encontrarse acorralada, la empresa decidió regresar a sus raíces trabajando en lo fundamental.
Tras semanas de pruebas en focus groups y días enteros en la cocina buscando la receta perfecta, Dominos resolvería su problema al escuchar y al final darle al cliente lo que quería: una mejor pizza.
En la actualidad Dominos Pizza se encuentra desarrollando prácticas autónomas de entregas que involucran drones e inclusive tiene planeado lanzar un robot que gracias a la inteligencia artificial podría entregar los pedidos de los clientes sin necesidad de un tercero.
Creo que lo que Dominos enseña, es que debemos tener la capacidad de reinventarnos a nosotros mismos, nuestros productos e inclusive los paradigmas establecidos a lo largo del tiempo.
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