Este emprendedor quiere animarte a echarte un caldo
José Antonio Casas abrió junto al chef Antonio de Livier la cadena de restaurantes Caldos Ánimo, la cual pretende, a través del modelo de comida fast casual, conquistar los paladares de la CDMX. Les ha ido bien, este 2018 lo cerrarán con cuatro sucursales y 20 mdp en ventas.
Luego de varios años trabajando para la industria restaurantera, José Antonio Casas estaba buscando nuevos retos. Sabía que quería abrir un restaurant, sin embargo, no quería que tuviera ni el concepto tradicional de servicio a la mesa, ni tampoco que fuera un simple local de fast food.
Pensando en esto, se puso a analizar y evaluar experiencias en otros países, tratando ubicar algún modelo de venta que pudiera traer a México. Fue así como conoció el concepto de fast casual, el cual, explica, ha venido creciendo en Estados Unidos, de la mano de negocios como Chipotle.
¿En qué consiste esto? Básicamente en comercializar la comida con el mismo proceso que tiene el fast food, es decir, acercándose el comensal a la caja para pedir y recibir posteriormente una charola con su comida, pero que pone especial énfasis en la calidad de los alimentos, los cuales son de mayor nivel que lo que usualmente tiene el modelo clásico.
Fue durante estos momentos, que coincidió con el chef Antonio de Livier, quien traía en la cabeza abrir un restaurant que estuviera enfocado en caldos, por lo que ambos decidieron platicar y acordaron juntar las ideas que tenían en un mismo proyecto.
Fue así como nació Caldos Ánimo, propuesta que engloba los proyectos de los dos, ahora emprendedores, y con el cual están buscando adueñarse de los paladares de los comensales de la Ciudad de México.
Estrategia
El proyecto dio oficialmente inicio en abril del año pasado, con la apertura del primer restaurant en la colonia Nápoles, desde el cual, asegura Casas, pudieron evaluar si las ideas que tenían los dos tenían verdaderamente la capacidad de poder ser más que simples sueños.
“Desde antes de que abriéramos nuestra primera sucursal nos habíamos propuesto que nuestra meta con Caldos Ánimo sería no sólo abrir un restaurante hípster que le gustara a la gente por un tiempo, sino que lo que buscaríamos sería más bien abrir una cadena bien formada de establecimientos de comida”, explica José Antonio en entrevista con Forbes México.
Para poder consolidar esto, agrega, decidieron que sus ubicaciones serían cómodas pero pequeñas, apostando ante todo a la rotación continua de los comensales, toda vez que su principal mercado son los oficinistas, a quienes pretenden brindar una buena comida a un precio justo.
“Nosotros en lo que pensamos en que nuestros establecimientos brinden una comida de oportunidad, es decir, que si las personas que trabajan tienen una hora para salir a comer, puedan disfrutar en un momento corto de una buena comida, una media hora, y pasar el resto de su tiempo en otras actividades, por lo que no buscamos largas estancias, sino comidas buenas, bonitas, baratas y rápidas”, expone Casas.
Desde su nacimiento hasta hoy, la bandera principal de Caldos Ánimo ha sido el Birriamen, caldo que combinar a la birria con el ramen, y que concentra el 50% del total de sus ventas. Sin embargo, también han visto empujando algunos otros caldos y platos, como los tacos y las tortas ahogadas.
“Quisimos que nuestro concepto de marca, incluyendo el menú, rompiera con lo que son los negocios de caldos de toda la vida, como son principalmente pozolerías y birrierías, que se han quedado en un modelo muy tradicional, con el típico restaurant grandote, locales sin cambios, nosotros buscamos en cambio innovación en la experiencia de compra”, dice.
En promedio, todos los días los establecimientos de Caldos Ánimo reciben a entre 150 y 200 comensales.
Fuente: Forbes