Ser emprendedor no es para cualquiera
Tu familia te hará reclamaciones, porque “trabajas mucho”, “nunca te ven”.
Tus empleados te harán reclamaciones, porque sentirán que los estás explotando, sin entender que estás compartiendo el beneficio pero no el riesgo.
Tus acreedores te harán reclamaciones, porque sentirán que te estás haciendo rico a costa de ellos.
Tu salud te hará reclamaciones, porque habrá días que no comas bien, que no duermas lo suficiente, que no hagas ejercicio, que tu mente no descanse, por estar enfocado en sacar adelante tus proyectos.
Si las cosas salen bien, te tendrán envidia, hablarán de ti, dirán que tuviste suerte, que hiciste fraude, que te lo regalaron.
Si las cosas salen mal, dirán que eres un tonto, hablarán de como “se debería haber hecho” (aunque ellos nunca lo hayan hecho o intentado siquiera), te reclamarán, se indignarán.
Si hay ganancias, si hay fama, tendrás muchos, muchos, muchísimos mejores amigos, todos ellos falsos.
Si hay pérdidas, nadie te dirá: ¿Necesitas ayuda?, ¿Necesitas un préstamo?, ¿Te ayudo a recomenzar?
En general familiares, clientes, proveedores, empleados, pareja, te criticarán, te culparán, te exigirán.
Por ello ser emprendedor, ser empresario, es una de las labores más honrosas y dignas de admiración que existen.
Hay mucho en juego y casi nadie lo valorará.
Y aun así, tienes fe, tienes esperanza, tienes anhelo, luchas por un sueño y estás mejorando la vida no sólo tuya, sino de todos los involucrados.
Otros se preocupan por llevar comida a su mesa. Tú emprendedor, empresario, te preocupas por llevar comida a varias mesas, además de la tuya.
Por ello te felicito, te admiro, te aplaudo, te respaldo, te acompaño, te escucho. Porque sólo quien carga el saco, sabe lo que pesa.